Todo Colombiano y Colombiana ha escuchado noticias sobre el conflicto armado en su país, ha visto el informe de los medios en donde una y otra vez las imágenes alertan sobre el cruce de fuego del día a día entre los bandos enfrentados, uno que representa al Estado, a cada ciudadano, bajo su eslogan de Dios y Patria; y el otro, un grupo delincuencial, que en algún entonces tuvo en sus manos las banderas de la revolución política (Un entonces ya alejado y borrado por el ‘sin fin’ de actos atroces).
Los bandos, al parecer es ahí donde se centra la atención. Se trata de pertenecer al Estado o estar alejado de él, por supuesto los Colombianos y Colombianas están con el orden y la justicia, están con su Nación; y cuando los medios masivos de comunicación informan “la baja” de algunos individuos pertenecientes al grupo subversivo, esto fue motivo de celebración nacional.
Por su parte la lamentable noticia de un soldado del ejército Colombiano muerto en combate, se torna en un panorama desolador para todos y todas, es una vida más que donó su sangre a la patria. Empero, lo realmente triste es que en los siguientes 20 o 30 minutos posteriores a una u otra noticia, algo nuevo ocupará la mente del televidente, lector, público, etc. Las operaciones de combate se reanudarán y más soldados de ambos bandos morirán.
Y es este el sinsabor que deja la guerra, en realidad que me deja la guerra.
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Foto tomada de aprendoyeduco.com/para_pensar |
Son jóvenes que ofrecen sus sueños, anhelos y futuro a una guerra que no es de nadie; no es de ellos, porque a pesar de ser quienes combaten, no son quienes la diseñan, no es de sus familias, porque independiente de los ideales inculcados, ningún ser humano quiere ofrecer a un ser querido para ser bala de cañón. Tampoco es del civil, porque son las víctimas del conflicto, e increíblemente no es del Estado, porque esta situación ha cruzado fronteras, regalando soberanía a cambio de armas y estrategias.
El soldado no inició la guerra, tampoco la acabará.
El soldado que muere en combate es hijo de alguien.
El soldado armado no es la solución.
POR ELLOS, POR USTEDES, POR NOSOTROS, NO SIGAMOS ALIMENTANDO ESTA GUERRA QUE NO ES DE NADIE.
Lina M García Sierra
** Un Cuarto de Hora agradece la colaboración de la escritora de este artículo, aclarando que la versión PDF de este artículo es parte de este, el original.
** Un Cuarto de Hora agradece la colaboración de la escritora de este artículo, aclarando que la versión PDF de este artículo es parte de este, el original.
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