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24 jul 2012

REFORMA A LA JUSTICIA: VERGÜENZA NACIONAL



Imagen tomada de: elespectador.com

Colombia es un país, que a lo largo de su historia ha sufrido de múltiples desgracias. Hay hambre, pobreza, inequidad y la más común: corrupción.
Como si no fuera suficiente las primeras tres desgracias que ya tenemos, también debemos soportar la corrupción de nuestros políticos a tal punto que pasamos a tolerarla, algo más terrible aún.
Hemos tenido que lidiar por ejemplo, con Agro Ingreso Seguro, que no significó más que un enriquecimiento a las familias ricas del agro, y más hambre para las pobres. 
Pero sin duda alguna la gota que rebosó el vaso fue la reforma a la justicia, un acto legislativo digno de insultos y abucheos a la política de los senadores y representantes a la cámara.
Se supone que por medio de la política, se busca brindar diferentes elementos que permiten la vida en sociedad de una manera ante todo, justa; pero lo que demuestra este proyecto de ley, es que la clase de personas que nos gobiernan son un cumulo de sujetos que piensan de congreso para adentro pero no de congreso hacia afuera.
Legislar en beneficio propio es un retroceso para un país que promete equidad y progreso, y la reforma a la justicia era solamente un nombre complicado para inmunidad parlamentaria.
No bastando con lo anterior, los políticos todavía tienen el descaro, el cinismo, la desfachatez, la hipocresía, la osadía, el atrevimiento, y la frescura de afirmar que la reforma no poseía ningún “mico” o trampa. Eso nos puede llevar a una pregunta, será que con todas las situaciones que hemos vivido, que tenemos que vivir, y que viviremos por parte del congreso, ¿se pueden catalogar como corruptos?.... dejo la pregunta abierta.
Imagen tomada de: elespectador.com

Afortunadamente, hay que reconocer el acto del Presidente Santos, que independientemente por las razones que tuviese, (probablemente la presión ciudadana)  devolvió el proyecto y no lo sancionó.
Definitivamente el ser congresista en Colombia puede ser el mejor trabajo del mundo, no sólo tiene seguridad, y millones en representaciones, sino que también se puede conducir ebrio y sin licencia de conducción, o firmar leyes sin leerlas. Excelente trabajo.
Ahora bien, ¿Que nos queda de enseñanza a partir de esta aterradora situación? Que como ciudadanos debemos cuestionar todas las decisiones que la clase política gobernante tome, porque ya estamos prevenidos, que politiquería y lengua para convencer es lo que hay, siempre teniendo en cuenta que esta reforma a la justicia, es una vergüenza nacional. 


Oscar Eduardo Alba


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