Existe un espacio cultural de la ciudad de Bogotá que tiene demasiadas connotaciones históricas que son necesarias conocer. Aquel, es El Chorro De Quevedo ¿Por qué ese nombre? ¿Cuál es su trascendencia histórica? ¿Quiénes hace siglos pisaron su tierra?
Primero, el Chorro de Quevedo tiene ese característico nombre por un padre llamado Agustiniano Quevedo, quien hizo instalar una fuente en este sitio, donde ahora existe una pileta de agua construida en 1969 que fue la base del sitio después de la destrucción de varias casas aledañas pero que no permitieron dejarlo en el olvido, en el cual además se dice que Jiménez de Quezada fundó la actual ciudad de Bogotá; lo que podría ser cierto ya que el lugar se encuentra en la calle 13 con carrera segunda, es decir en el centro de la ciudad, rodeada de cientos de casas de épocas tan antiguas como 1800 e incluso más.
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Foto tomada de: bogota.gov.co |
No obstante, aquello no es todo lo que se puede decir sobre la vida de este plaza cultural, aun se pueden rememorizar aún más atrás, cientos de años que la sociedad olvidó, el recuerdo de miles de seres que no tienen reconocimiento en el actual vivir; para muchos es conocido y algunos otros al visitar este lugar han escuchado de un Zipa, el llamado Zipa Muisca, nombre del gobernador de esta comunidad casi desaparecida, quien mostraba su gran poderío al subir hasta este territorio y observar lo que algún día fue su sabana, porque desde allí se lograba ver todo aquello que allá abajo la naturaleza ocultaba, por ello los que suben allí los incita una incontenible sed al llegar, es necesario subir varías calles para poder disfrutar de este espacio.
En estos momentos existe una discusión sobre el lugar, la alcaldía de Petro (llamada Bogotá Humana) en su campaña por recuperar espacios culturales generó propuestas en las que a los diversos artistas que se presentan en este espacio, se les diera autorizados por la alcaldía local, pero sin ser financiados, es decir, que solamente se mantiene su valor artístico lo cual es algo difuso, ya que aquellos artistas realizan sus muestras allí, sin requerir de la presencia de la Alcaldía mayor de Bogotá, ni la local de La Candelaria (El Chorro está ubicado en ese sitio). Se realiza la presentación de los ya mencionados, y del mismo modo las personas asistentes son las que patrocinan ésta.
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Foto tomada por Alysom |
Una segunda discusión se realiza por el consumo de alcohol en este espacio, ejercicio que vienen realizando normalmente los jóvenes los días más concurridos (Jueves, Viernes y Sábados), lo cual la alcaldía intenta evitar colocando policías en la zona y multando a aquellos que no obedezcan la medida. Disgusto para los jóvenes, que ven despropiado el espacio, que pudo haber perdido su esencia, ya que el Chorro tal vez se mal entendió como el lugar para consumir alcohol.
Este espacio se halla olvidado, no como atracción para turistas y jóvenes, ni como muestra cultural de la ciudad, sino como lugar histórico que pocos conocen como historia y que muchos visitan, es indispensable memorizar el cuento, recordar lo que se ha olvidado por el mal uso de este espacio e incluso por querer recuperarlo sin saber de su vida, lo desconsolado que es el olvido.
Alysom
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