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7 feb 2013

LA EXPERIENCIA CINEMATOGRÁFICA



El cine es una de las expresiones artísticas más jóvenes de la historia del ser humano, un arte inevitablemente ligado a la tecnología y a sus avances, pero apartándonos de lo deslumbrante y efectista, el cine es un lenguaje, es un medio de expresión.

En esta ocasión he decidido no hablar acerca de una película en particular, he querido compartirles un poco de mi amor por el cine, no con el ánimo de contagiar a nadie, solo con la excusa de aprovechar esta última emisión de LA GACETA, para esperar que, una vez más, cada uno pueda formarse una opinión propia, esta vez, acerca del cine y de las reflexiones que se generan frente a este.

El cine, desde sus inicios, ha demostrado ser mágico, desde Georges Mélies, hasta lo más deslumbrante e hiper realista del 3D, no solo por el hecho de poder mostrar imágenes en movimiento sino por su capacidad de contar historias, entretener y generar reflexiones, al igual que algunas de las expresiones de otras artes, pero sin duda alguna el cine es una obra que solamente se complementa al momento de llegar al público, es en ese momento en que la obra culmina y vuelve a empezar al momento en que una persona, en cualquier parte del mundo decide verla. Es única en la mente de cada uno de los espectadores, de igual manera que lo es para cada uno de los autores, porque si hay algo que diferencie al cine de las otras artes, es que es una expresión de creación colectiva, basta con ver la interminable fila de nombres en los créditos de una película para comprender la complejidad de su creación.

El cine es un arte que no acaba de re inventarse, y cuando creemos que lo hemos visto todo, aparece alguna película, de alguna parte del mundo que vuelve a deslumbrarnos, el cine es interminablemente variado y particular, como lo es el ser humano. La experiencia cinematográfica es un acontecimiento único, que sucede de manera particular en la mente de cada persona al momento de ver una película, por supuesto influenciado por todo lo que envuelve al sujeto, como su edad, profesión, nacionalidad, estado de ánimo, vivencias, etc... Es una experiencia tan íntima y particular que puede generar reacciones muy variadas, es esa capacidad la que admiro del cine, la de generar tantas cosas en el espectador y tan diferentes en cada uno de ellos, aún tratándose de la misma pieza cinematográfica.

Parte esencial de la experiencia cinematográfica, que no siempre se da, pero que cuando sucede es siempre enriquecedora, es la exteriorización de esa experiencia, la oportunidad de compartir esas sensaciones y opiniones con alguien más, tan sencillo como salir de la sala y comentar la película, esas imágenes y sensaciones que se van contigo a casa, y que incluso pueden permaneces contigo varios días. Pero ese momento valioso en el que comentas con alguien más la película, ese momento de catarsis y de digestión, es una de las cosas que más disfruto del cine, es allí cuando siento que esa película ha cerrado ese círculo que la completa como obra, que la hace ser.

Aprovechando este breve espacio de desahogo, he querido compartir con ustedes un pedacito de lo que es el cine para mí, esa experiencia mágica, momentánea y duradera a la vez, capaz de sorprendernos tantas veces como seres humanos hay en este planeta. Sin ánimo de despedirme, he hecho de este escrito, una oportunidad y a la vez una invitación, para que todos nos dejemos encantar por esa mágica experiencia llamada: Cine.

Sandra Milena Sánchez García 

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