Hace
pocos días, en nuestro país fueron liberados por las FARC, un grupo de cuatro
militares y seis policías. Fueron liberados de las cadenas del secuestro, a
causa de, en algunos casos, un deber de
“servicio a la patria”, ¿Por qué? – le sirven a la patria porque no
tienen, en muchos casos, con que pagar una libreta militar, que les otorga la
libertad a la mayoría-.
Ahora,
estos sujetos, que de antemano, felicito por reencontrarse con sus familias, se
encuentran con múltiples letargos psíquicos, psiquiátricos y psíquicos,
naturales por su padecimiento casi mortal en donde la mayoría de ellos vieron cómo
se “podrían sus años dorados” en medio de la humedad, de la selva, de la
vulneración de todo derecho habido en una sociedad mediocremente racional donde
suceden a diario atrocidades.
Ese
letargo que tienen por los múltiples avances tecnológicos (como celulares,
ipads, vehículos, etc.); por el hecho de
reconocer a un hijo de casi quince años, al cual nunca había visto, que tal vez
ni siquiera sabía que iba a existir; que
aquel amor juvenil ya tenga sus arrugas, propias de la edad; que ya no se
encuentren algunos de sus seres queridos; y el más importante, el mundo avanzó,
vio la luz, pero él fue ocultado de este y por el contrario tal vez retrocedió,
perdiendo gran parte de su vida productiva.
Ahora
bien, al mundo no le basta con eso, el mundo quiere amarillismo, le encanta el
chisme, saber de los demás, ¡Pero sólo saber porque sí! Los hombres y mujeres
hablan en la sociedad, de todo, de quien comió, de quien no, de que hacen o que
no hacen, así como se aprovechan de las situaciones de individuos para vender…
Vender
amarillismo en potencia, viendo el drama de personas reales, de carne y hueso,
que se encuentran en situaciones en las que preferirían estar en intimidad,
solos, como en el caso de los secuestrados, junto a sus familias, y no dando
una entrevista, en medio de las lágrimas y ese show creado por parte del sistema “des-informativo” que tiene
nuestra sociedad.
Que
cruel parece vender mediante el sufrimiento ajen. Una cosa es informar y otra cosa es
amarillismo, sin más exijo un poco de respeto para estos sujetos y para todo
individuo que ojalá pueda ser liberado de estas circunstancias. Deseo que pueda
ser verdaderamente liberado.
Ahora
bien, sólo me resta recordar que aún existe una gran cantidad de secuestrados
en nuestro país, no los olviden por el hecho de que han sido liberados todos
los militares. Tu compañero, tal vez aquel que alguna vez fue tu vecino, se
encuentra aún esperando su liberación.
Julían Ramírez.
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